lunes, 17 de octubre de 2011

¿Cómo estar en el INFIERNO?


Sucedió una vez que el diablo estuvo esperan­do durante años y años y nadie venía al infierno. Estaba esperando para darle la bienvenida a la gente, pero todo iba tan bien en la Tierra que nadie iba al infierno. Por supuesto, se preocupó mu­cho. Convocó un consejo de emergencia. Se reu­nieron sus principales discípulos para abordar la situación. El infierno estaba atravesando una gran crisis, y esto no podía tolerarse. Había que hacer algo. De modo que pidió consejo: «¿Qué debe­mos hacer?».

Un discípulo sugirió: «Yo iría a la Tierra y ha­blaría con la gente y trataría de convencerles de que Dios no existe y las religiones son falsas, y de que todo lo que dice la Biblia, el Corán y los Vedas es una tontería.»
El diablo dijo: «Esto no servirá, porque hemos venido haciendo eso desde el principio mismo, y no ha hecho mucha mella en la gente. Con esa en­señanza sólo se puede convencer a los que ya están convencidos. Así que es inútil; no sirve de mucho.»

Entonces, el segundo discípulo, más sutil que el primero, dijo: «Iré a enseñar a la gente y trataré de convencerles de que todo lo que dice la Biblia, el Corán y los Vedas es correcto. Existe el cielo, existe Dios, pero no existe el diablo ni el infierno, así que no tengáis miedo. Y si podemos hacer que tengan menos miedo, no se preocuparán en abso­luto por la religión, porque todas las religiones se basan en el miedo.»
El diablo dijo: «Tu propuesta es un poco me­jor. Puede que lo logres, puede que consigas con­vencer a una minoría, pero la mayoría no le escu­chará. Tienen menos miedo al infierno que codi­cia por el cielo. Incluso si les convences de que el infierno no existe, aún querrán ir al cielo, e inten­tarán ser buenos para eso. De modo que esto tam­poco servirá de mucho.»

Entonces el tercer discípulo, el más sutil de to­dos, dijo: «Tengo una idea. Dame la oportunidad de ponerla a prueba. Iré y diré  que  todo  lo  que  dice  la  religión  es  absolutamente cierto -existe Dios y existe el diablo y existe el cielo y existe el infierno-, pero no hay ninguna prisa.»

Y el diablo dijo: «¡Eso es! Tú tienes el sistema apropiado. ¡Ve tú!»

Y se dice que desde entonces nunca ha habido una crisis en el infierno. Más bien les preocupa el exceso de población.

Así es como están funcionando nuestras men­tes, pensamos siempre que no hay prisa. Estas téc­nicas de las que estamos hablando no servirán para nada si tu mente piensa que no hay prisa. En­tonces puedes seguir aplazando, y la muerte ven­drá antes. No llegará el día en que pienses que hay prisa, en que pienses que ahora ha llegado el mo­mento. Puedes seguir posponiendo. Esto es lo que hemos venido haciendo con nuestras vidas.

Tienes que decidirte a hacer algo. Estás en una crisis, la casa está ardiendo. La vida siempre está ardiendo, porque la muerte está siempre escondi­da detrás de ella; cualquier momento y puede que ya no existas. Y no puedes discutir con la muerte. No puedes hacer nada. Cuando la muerte sucede, sucede. Hay muy poco tiempo. Incluso si vives setenta años, o cien años, hay muy poco tiempo. Lo que tienes que hacer para transformarte, para cambiar, para convertirte en un ser nuevo es un trabajo enorme. No sigas posponiendo.

¡AHORA!
OSHO - El Libro de los Secretos
Vol. 5

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