Sucedió una vez que el diablo estuvo esperando durante años y años y nadie venía al infierno. Estaba esperando para darle la bienvenida a la gente, pero todo iba tan bien en la Tierra que nadie iba al infierno. Por supuesto, se preocupó mucho. Convocó un consejo de emergencia. Se reunieron sus principales discípulos para abordar la situación. El infierno estaba atravesando una gran crisis, y esto no podía tolerarse. Había que hacer algo. De modo que pidió consejo: «¿Qué debemos hacer?».
Un discípulo sugirió: «Yo iría a la Tierra y hablaría con la gente y trataría de convencerles de que Dios no existe y las religiones son falsas, y de que todo lo que dice la Biblia, el Corán y los Vedas es una tontería.»
El diablo dijo: «Esto no servirá, porque hemos venido haciendo eso desde el principio mismo, y no ha hecho mucha mella en la gente. Con esa enseñanza sólo se puede convencer a los que ya están convencidos. Así que es inútil; no sirve de mucho.»
Entonces, el segundo discípulo, más sutil que el primero, dijo: «Iré a enseñar a la gente y trataré de convencerles de que todo lo que dice la Biblia, el Corán y los Vedas es correcto. Existe el cielo, existe Dios, pero no existe el diablo ni el infierno, así que no tengáis miedo. Y si podemos hacer que tengan menos miedo, no se preocuparán en absoluto por la religión, porque todas las religiones se basan en el miedo.»
El diablo dijo: «Tu propuesta es un poco mejor. Puede que lo logres, puede que consigas convencer a una minoría, pero la mayoría no le escuchará. Tienen menos miedo al infierno que codicia por el cielo. Incluso si les convences de que el infierno no existe, aún querrán ir al cielo, e intentarán ser buenos para eso. De modo que esto tampoco servirá de mucho.»
Entonces el tercer discípulo, el más sutil de todos, dijo: «Tengo una idea. Dame la oportunidad de ponerla a prueba. Iré y diré que todo lo que dice la religión es absolutamente cierto -existe Dios y existe el diablo y existe el cielo y existe el infierno-, pero no hay ninguna prisa.»
Y el diablo dijo: «¡Eso es! Tú tienes el sistema apropiado. ¡Ve tú!»
Y se dice que desde entonces nunca ha habido una crisis en el infierno. Más bien les preocupa el exceso de población.
Así es como están funcionando nuestras mentes, pensamos siempre que no hay prisa. Estas técnicas de las que estamos hablando no servirán para nada si tu mente piensa que no hay prisa. Entonces puedes seguir aplazando, y la muerte vendrá antes. No llegará el día en que pienses que hay prisa, en que pienses que ahora ha llegado el momento. Puedes seguir posponiendo. Esto es lo que hemos venido haciendo con nuestras vidas.
Tienes que decidirte a hacer algo. Estás en una crisis, la casa está ardiendo. La vida siempre está ardiendo, porque la muerte está siempre escondida detrás de ella; cualquier momento y puede que ya no existas. Y no puedes discutir con la muerte. No puedes hacer nada. Cuando la muerte sucede, sucede. Hay muy poco tiempo. Incluso si vives setenta años, o cien años, hay muy poco tiempo. Lo que tienes que hacer para transformarte, para cambiar, para convertirte en un ser nuevo es un trabajo enorme. No sigas posponiendo.
¡AHORA! |
Vol. 5
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